Fue un punto inteligente para San Vicente ya que se presentó ayer en el estadio “La Tablada” en encuentro muy reñido ante Atlético Cuyaya. Pese a las intenciones de ambos, ninguno pudo romper el cero en el marcador.
Las acciones empezaron con una protesta tempranera hacia el árbitro de la Liga del Ramal, Jesús Lambertín, a raíz de una clara mano en el área de los “tabacaleros” y, por ende, penal a favor del “bandeño” pero el juez hizo la “vista gorda”. Es que a los dos minutos de juego, un estupendo desborde de Ignacio Cazón provocó el delirio en el banco local al ver que no le había cobrado la infracción.
Era un arranque más que prometedor porque Monterrico respondió con un potente remate cruzado de Venavides que pasó cerca del travesaño. Tras cartón, otra situación clara de gol se presentó en el cuadro monterriqueño, Brian Arancibia apareció por el segundo palo pero definió bastante mal ante un arco “bandeño” desprotegido.
Los minutos pasaron sin pena ni gloria. Es que la fricción y el juego brusco de a poco iban tomando más protagonismo. Antes de finalizar la primera etapa, Juan Arraya convertía su gol pero el juez de línea, Rubén Cabana, levantó el banderín cobrando una supuesta posición adelantada.
En el complemento, casi desde el vestuario, Cuyaya tuvo la primera chance clara, pero el poste le negó el festejo a Juan Arraya que había ganado en las alturas luego del centro de Justiniano.
La visita comenzó a replegarse, esperó aprovechar los espacios, sobre todo con el ingreso de “Leo” Villa y Maturana, pero le faltó precisión.
El partido se hizo trabado, ninguno de los dos encontraba el espacio para poder poner el pase justo y habilitar a un delantero. Y con el correr de los minutos, Cuyaya jugó apurado, no tuvo pausa y le facilitó las cosas a la defensa visitante.
Sin embargo lo mejor llegaría sobre el final, Arraya definió y con lo justo alcanzó a sacar de la línea Matorras. Lo tuvo el “bandeño”, pero también lo pudo haber perdido, porque en la última jugada Sánchez Russo con el arco prácticamente vacío definió por encima del travesaño.